La evidencia emergente indica que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. prepararon una alerta sobre la conexión entre la inflamación del corazón (miocarditis) y las vacunas COVID-19, pero decidieron no enviarla. Este hecho, documentado en nuevos documentos obtenidos por varios medios, revela una preocupante falta de transparencia por parte de los CDC.
Los primeros casos de miocarditis reportados tras la vacunación aparecieron poco después de que las vacunas estuvieran disponibles a finales de 2020. Según los expertos, todas las vacunas COVID-19 disponibles en los Estados Unidos pueden causar esta inflamación del corazón. Sin embargo, el CDC ignoró o no detectó esta señal de seguridad y ocultó una advertencia proveniente de Israel, el primer país en vacunar a jóvenes, quienes enfrentan el mayor riesgo de miocarditis.
A pesar de la evidencia creciente, el CDC mantuvo su recomendación de vacunación para casi todas las personas mayores de 11 años. Incluso después de reconocer que los casos reportados de miocarditis post-vacunación eran más altos de lo esperado, no emitieron una advertencia específica para los jóvenes. En lugar de ello, emitieron un documento de “consideraciones clínicas” que subrayaba un aumento en los casos reportados de miocarditis, pero seguían enfatizando la recomendación de vacunación.
Existe una aparente doble moral en cómo el CDC manejó la información. Por un lado, emitieron una alerta sobre coágulos de sangre y niveles bajos de plaquetas tras la vacunación con Johnson & Johnson, pero no hicieron lo mismo con la miocarditis post-vacunación con las vacunas de ARNm, a pesar de tener datos que indicaban una señal de seguridad real.
Esta falta de transparencia ha generado críticas severas hacia el CDC, con acusaciones de encubrimiento y falta de responsabilidad. Los expertos en salud y la opinión pública exigen una mayor transparencia y rendición de cuentas, especialmente cuando se trata de la salud pública.
La conducta del CDC en este asunto plantea serias preocupaciones sobre la integridad de la información proporcionada al público. La confianza en las instituciones de salud pública es crucial, especialmente durante una pandemia, y acciones como estas solo sirven para socavar esa confianza.
Fuentes de mas informacion:
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