La Niña Vendiendo Piedras

Ayer compré piedras. Una niña de 10 u 11 años estaba frente a su apartamento con un cartel que decía: “Piedras en venta”. Mi primer pensamiento fue: “si está vendiendo piedras, es probable que no tenga mucho más que vender”.

Ayer compré piedras

Salí de mi coche y fui a preguntarle sobre sus piedras. Dijo que había estado allí durante 2 horas, pero nadie se había detenido. Y eso fue después de que ya había ido de puerta en puerta tratando de vender las piedras. Su cartel decía que cada piedra costaba $5, así que saqué un billete de $20 y se lo entregué. Ella respondió tímidamente que no tenía cambio para $20. Le dije que no necesitaba cambio, ya que iba a comprar 4 de sus hermosas piedras.

Con lágrimas en su rostro, me contó que su familia tenía un gato…

Inmediatamente comenzó a llorar. Con lágrimas en su rostro, me contó que su familia tenía un gato, pero no tenían suficiente dinero para cuidarlo. Su madre le dijo que la única forma de quedarse con él era si ella ganaba el dinero para la comida del gato. No podía creer que iba a comprar 4 piedras, pero con ese dinero podría quedarse con su mascota favorita.

Me agradeció profusamente, pero las lágrimas ya me habían recompensado con creces. Al irme, ella recogió su mesa y tesoros y entró a su casa. Todo el día pensé en la diferencia que $20 hicieron en su vida. Creo que conservaré esas piedras para siempre.

Cuando tuve mi tumor cerebral, incluso un pequeño mensaje de texto podía darme esperanza para seguir luchando. Ningún acto de bondad es “pequeño” cuando estás en necesidad. Ojalá pudiera comprar piedras todos los días.

Credito: WriterJodiBrown